La importancia de tomar ácido fólico durante el embarazo

El ácido fólico o vitamina B9 es el encargado de formar glóbulos rojos y blancos en el cuerpo humano, además de ayudar a construir las células que nos crean. Es por estos motivos que el ácido fólico es una vitamina esencial para el correcto desarrollo del feto y, en consecuencia, del bebé. De hecho, muchos estudios científicos demuestran que, con un mayor consumo de ácido fólico, se disminuyen las posibilidades de que el bebé tenga malformaciones o desarrolle patologías como la espina bífida o la anencefalia.

Los niveles habituales en el cuerpo humano de ácido fólico suelen ser bajos. Por este motivo, unos meses antes del embarazo se recomienda tomar vitamina B9 para subir los niveles en sangre y aumentar las reservas. Durante los primeros meses del embarazo, especialmente durante las 4-8 semanas de gestación, la cantidad recomendada es de entre 0,4 mg a 0,8 mg.

La mejor manera de consumir el ácido fólico es con una dieta rica en alimentos que contengan esta vitamina, como las verduras de hoja verde como la coliflor, los berros, las acelgas, las espinacas, el brócoli; los cereales integrales, las legumbres o las nueces. Asimismo, las frutas como la naranja, las fresas, el melón y el plátano, contienen altos niveles de vitamina B9.

Otra manera de tomarlo es mediante suplementación, siempre con prescripción médica para que pueda ser el profesional quién controle y mida la dosis necesaria en cada caso. En la mayoría de los casos, la toma de ácido fólico no genera ningún síntoma adverso, pero en algunas situaciones puede generar pérdida de apetito o peso, debilidad, dolor de cabeza o diarrea.

En cualquier caso, se recomienda tomar la vitamina a primera hora de la mañana, en ayunas, para tener una mejor absorción y disfrutar así de los beneficios que conlleva el ácido fólico.

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