Como realizar un lavado nasal a un bebé

Lo primero que debes saber es que realizar un lavado nasal a tu bebé es una práctica común y segura, es beneficioso hacerlo ya que les permite respirar mejor. Equivale a sonarse, así que no tengas miedo a realizarlo de forma recurrente siempre que le veas con dificultades para respirar. El momento idóneo para realizarlo es después del baño, ya que, al haber más humedad, salen más fácil.

Antes de empezar un lavado nasal debes prepararlo todo para hacerlo de manera más rápida y cómoda posible. Necesitaremos:

  • Suero fisiológico (puedes comprarlo en mono dosis o bien una botella grande y con la aguja llenar la jeringa)
  • Jeringa de entre 2,5mL y 10mL
  • Empapadores
  • Gasas

¿Cómo llevar a cabo un lavado nasal?

Una vez tengas todo el material a punto, debes limpiar los mocos externos con una gasa húmeda y colocar al bebé de lado. Llenas la jeringa o abres la mono dosis y le inyectas en el orificio nasal superior (el que queda hacia arriba). Con el lavado seguramente sacará muchos mocos y probablemente, llorará y se irritará.

Una vez se haya calmado, repites el mismo ejercicio, pero girando al bebé hacia el otro lado y poniendo el suero por el otro orificio nasal.

¿Qué suero comprar en la farmacia?

Puedes optar por suero fisiológico isotónico (el normal) o hipertónico (si está muy congestionado/a). También puedes comprar agua de mar.

¿Los sueros de spray nasal son una buena opción?

Sí, pero tienen menos presión que la jeringa, hecho que limita la capacidad de acción.

¿Qué cantidad de suero debo cargar en la jeringa?

La cantidad recomendada es de 2mL a 5mL para bebés por carga y en niños más mayores, de 5mL a 7mL.

¡Y hasta aquí los consejos para conseguir un lavado nasal perfecto!

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