Chupete: ¿sí o no?

Uno de los temas que genera mayor controversia entre los futuros padres es la utilización del chupete. Aunque cada vez tengamos más información, su uso siempre tiene partidarios y detractores en todas las tertulias y desde el blog de Cellab queremos transmitiros calma en este sentido. Hoy vamos a analizar en este post, las consecuencias positivas y negativas de su uso. Leyendo todo el argumentario, decidid con calma lo que creéis que le va mejor a vuestro hijo o hija, teniendo claro que cada niño es completamente diferente y que lo que le va bien a uno, al otro no. El tema del chupete da por un serial, pero no es necesario obsesionarse.

Cogeremos como guía muchos de los argumentos expuestos por la Asociación Española de Pediatría (AEP) que destaca pros y contras de su uso en su web.

Argumentos a favor del chupete:

  • El chupete es un utensilio de goma habitualmente que calma, satisface al bebé, ya que permite que realice el reflejo de succión. Al tener forma de pezón, el bebé succiona de tal modo que consigue tranquilidad.
  • En muchas ocasiones el chupete ayuda a conciliar el sueño y le ayuda a dormirse. Algunos incluso, se ponen el dedo en la boca, haciendo el gesto de la pipa cuando están en la barriga. En el chupete encuentran un recuerdo a este gesto, haciendo que les calme y les ayude a conciliar.
  • Uno de los argumentos a favor del chupete que también destaca la AEP es su utilidad como protector de la muerte súbita del lactante, destacando la suficiente evidencia científica como para utilizarlo sobre todo cuando está durmiendo. Este uso está especialmente indicado con niños con lactancia artificial hasta 12 meses de edad.

Argumentos en contra del chupete:

  • Si optáis por lactancia materna, hay que retrasar al máximo el darle el chupete. ¿El motivo? Que sepan succionar correctamente el pecho y tengan la capacidad de alimentarse correctamente y, por otro lado, que no hagan excesiva fuerza estropeando el pezón de la madre.
  • Las deformaciones que causan los chupetes en la boca del niño, pueden ser complejas siempre que no saquemos este utensilio antes de los tres años. El chupete hace que los dientes se desvíen, el paladar se dé de sí, alterando el mordisco. En casos extremos, también puede tener dificultades para pronunciar ciertas palabras y sonidos.

 ¿Cómo elegir el “mejor” chupete?

Si finalmente habéis decidido darle un chupete a vuestro bebé, la elección tampoco es fácil. Os recomendamos ante todo preguntarle al pediatra cuál cree que es el mejor ya que hay de todos los materiales y tipos. Hay chupetes anatómicos, fisiológicos, de caucho, de silicona, de diferentes tallas y tamaños…

En la farmacia también pueden ayudaros. Seguramente, lo que pasará es que tendréis que probar cuál se ajusta más a su gusto comprando de varios tipos hasta que deis en el clavo.

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